Hoy 19 de septiembre, me levanto a las 7:00 hrs. Comienzo a recordar y sí, hoy es el día que esperé durante 5 largos años. Nacho Vegas se presenta en el Lunario del Auditorio Nacional. Estoy completamente emocionado y ya que se presentará a las 21:00 hrs., tengo tiempo de sobra para estar listo y llegar con tiempo de anticipación.
Son las 15:30 hrs., y me encuentro formado ya han llegado bastantes personas, más de las que pensé estarían por acá. Para ser sincero me encuentro un tanto molesto, -hubiese llegado más temprano- me reprocho. Llega una camioneta y baja una persona con una guitarra en mano y después baja Christina Rosenvinge en un vestido negro y entra al auditorio sin voltear a ver a nadie. Me pregunto por N.V.
A las 20:00 hrs. abren las puertas y nos dan acceso. Todos corremos para obtener el mejor lugar. Encontramos aún en la segunda fila a la derecha desde el escenario. Aún falta una hora. Puntualmente sale C.R. en medio de gritos solicitando la presencia de Nacho. C.R. sale y dice -no soy Nacho- y con el piano eléctrico comienza a cantar, no conozco su material. De primera impresión pienso que lo hace muy bien. Después toma su guitarra, nos dice que había esperado ese momento durante mucho tiempo y comienza otra ronda de canciones, entre ellas una a la que llama "mi pequeña canción mexicana", la cual toca con gran gusto y entrega, Manu Molina y Luís Rodríguez salen a escena para acompañarla en una canción más. Me alegro tanto de ver a Manu. C.R. se despide del público. El mismo hombre que he visto afuera con la guitarra sale para afinar una a una todas las guitarras en el escenario. En verdad esto resultó desesperante.
Aparece Xel y Abraham, Manu se coloca en la batería y Luís en el bajo. Nacho Vegas con un traje y una camisa negra camina y toma su guitarra y comienza a hacer acordes incomprensibles y segundos después los acordes inconfundibles de "La plaza de la soledad". Así como en los escritos del maestro Carver, sin más ni más había dado comienzo el primer concierto de N.V.
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